Tom Ford Tuscan Leather

Tuscan Leather es básicamente cuero con chaqueta de motociclista, en una cabaña de lujo en el medio del altiplano boliviano. Es intenso, oscuro y con una vibra bien provocadora. Las notas que mandan aquí son el cuero (súper protagonista, muy realista, como una casaca recién comprada), la frambuesa que aparece al principio dando un toque medio dulce y sucio a la vez, y un fondo de incienso y ámbar que le da ese aire misterioso, casi como si te estuviera mirando alguien desde la sombra.

Este perfume no es para cualquiera, eso hay que decirlo al tiro. Es potente, de esos que llenan una habitación apenas entrás. Lo imagino perfecto para una noche helada en Valle Nevado, donde el aire cortante y seco realza esas notas ahumadas y animales. También funcionaría brutal en una reunión íntima en un bar oculto de Buenos Aires, con luces bajas y un Negroni en la mano.

En cuanto a duración y proyección, es una bestia. Fácil te acompaña 10-12 horas y se te queda pegado a la ropa hasta el día siguiente. Lo recomendaría para otoño e invierno sí o sí, porque en clima cálido puede ser demasiado invasivo, casi asfixiante como estar con abrigo en pleno verano en San Pedro de Atacama.

¿Para quién es? Para alguien que quiere destacar, que no le teme a oler diferente, con onda medio rockstar elegante. Tiene un aire un poco narcótico, oscuro, sexy, algo que no va con la típica idea de “perfume agradable”. Es más como un statement, como decir “aquí estoy, y no me importa si te gusta o no”.

Si te gusta ese rollo, te podría interesar Ombre Leather (del mismo Tom Ford, más llevadero y versátil), Memo Irish Leather (más verde, con cuero pero menos agresivo) o Rasasi La Yuqawam (una alternativa árabe muy bien hecha y más accesible, con ese mismo ADN de cuero y frambuesa).