Nishane Hundred Silent Ways
Nishane Hundred Silent Ways es como una tarde dorada en el casco antiguo de Antigua, Guatemala, con el sol reflejándose en las calles empedradas, el aroma de flores blancas flotando desde un jardín escondido y una pastelería cercana horneando algo dulce que te envuelve sin que te des cuenta. Este perfume no grita... pero conquista. Con una sonrisa y una mirada fija.
Desde la salida, te atrapa con un trío que es puro encanto: melocotón, mandarina y un toque leve de tuberosa que insinúa lo que viene. Porque aunque tiene un corazón floral (jazmín, gardenia y más tuberosa), no es del tipo explosivo ni abrumador. Es suave, aterciopelado, sensual. El fondo de vainilla, sándalo y un poco de almizcle hace que todo fluya como una melodía suave, sin aristas.
Esto es puro femininity energy, sin importar tu género. Es un perfume cálido, acogedor, dulce pero elegante, ideal para citas, reuniones sociales o cualquier situación donde quieras dejar una impresión duradera sin parecer que lo estás intentando. Lo imagino perfecto para noches primaverales en Córdoba, Argentina, o una tarde fresca en Valdivia, donde su calidez contrasta con el ambiente y se luce.
Tiene una duración sólida (8-10 horas, fácil) y una estela media-alta durante las primeras horas. No pasa desapercibido, pero lo hace con gracia. No te invade, te seduce.
Si te gusta este estilo, probablemente también amarías Good Girl Gone Bad de By Kilian (más floral y descarado), Delina de Parfums de Marly (más rosa y lichi, más chispeante), o Lira de Xerjoff, que comparte esa vainilla gourmand pero con toques cítricos.