Nishane Ani

Ah, Nishane Ani… esa bomba deliciosa de vainilla especiada que parece abrazarte como un poncho de alpaca en una mañana helada en el altiplano. Es un perfume que no anda con rodeos. Desde que te lo echas, deja claro que está aquí para quedarse. ¿Notas principales? Vainilla, jengibre, cardamomo y bergamota, con un fondo que se va poniendo más ambarado y almizclado, como cuando cae la tarde en el desierto de Atacama y el calor comienza a retirarse dejando solo su eco en las piedras.

Este no es un perfume para pasar piola. Ani es intenso, cálido, cremoso y envolvente, perfecto para climas fríos o noches frescas en la costa de Valparaíso, cuando el viento viene cargado de sal y nostalgia. Funciona increíble en otoño e invierno, sobre todo en contextos más íntimos o salidas donde quieras dejar una huella (literal, porque la estela que deja es brígida).

Ideal para alguien que quiere mostrarse seguro, romántico y un poco enigmático. Tiene ese toque medio oriental, medio gourmet, que hace que te den ganas de olerte la muñeca cada cinco minutos. Si lo tuviera que comparar con un lugar, sería como caminar por el bosque húmedo de Frutillar en plena lluvia de abril, con una taza de té especiado en la mano. Es elegante pero tiene esa calidez casi nostálgica.

En el día a día, Ani puede ser mucho si trabajas en una oficina cerrada o con gente sensible a los perfumes, así que anda con mano suave en el atomizador. Pero si es una salida nocturna o una cita, uff… dale con todo. Deja una impresión como esos atardeceres en San Pedro de Atacama, dorados, largos, imposibles de olvidar.

¿Lo tienes ya o estás pensando en sumarlo a tu colección? Dale, no te arrepentirás.