Botanicae Ebano
Botanicae Ébano es un perfume que rinde homenaje a la madera en su expresión más oscura, cálida y envolvente. Es una fragancia de contrastes, donde la profundidad amaderada se encuentra con notas especiadas y resinosas, creando una composición que evoca sofisticación y misterio.
Desde la primera atomización, Ébano despliega una salida especiada y ligeramente resinosa, como el aire cargado de aromas en un mercado de especias en Marruecos. Pimienta negra y cardamomo dan un golpe vibrante y picante, equilibrado con un toque seco y ahumado que recuerda a la madera recién tallada. No es un perfume cítrico ni fresco; desde el inicio deja claro que su terreno es la calidez profunda y la elegancia sobria.
A medida que se desarrolla, la madera de ébano se convierte en la protagonista absoluta. Densa, oscura y con un matiz casi cremoso, evoca la solidez de un bosque antiguo, como los árboles milenarios del Parque Nacional Conguillío en Chile. Aquí, el incienso entra en juego, aportando un halo místico, como si una brisa trajera el aroma de resinas quemándose en un templo escondido entre las montañas.
En la base, el ámbar y el pachulí añaden una calidez terrosa y ligeramente dulce, dándole profundidad y un toque de sensualidad discreta. No es un perfume extrovertido ni llamativo en exceso, pero deja una estela elegante y envolvente, como la sombra alargada de un bosque al atardecer.
Ébano es ideal para quienes buscan un perfume sofisticado, sobrio y con carácter. Funciona perfecto en otoño e invierno, en noches frías o momentos donde quieras un aroma con presencia sin ser abrumador. Si disfrutas perfumes como Tam Dao de Diptyque o Bois d’Ascèse de Naomi Goodsir, esta fragancia podría resonar contigo.
Úsalo en una caminata solitaria por los bosques del sur de Chile, donde la madera mojada y la humedad del aire potencian su profundidad. O llévalo a una velada elegante en una casona antigua de Buenos Aires, donde su mezcla de maderas, especias e incienso encaja con la historia que susurra cada rincón. Un perfume para quienes entienden que la verdadera sofisticación no necesita alardes.