¡Ahhh, Tabac Rose de BDK! Este perfume es como una noche en Valparaíso: bohemia, con luces tenues, una copa de vino tinto en la mano y una vibra decadente pero tremendamente seductora. Nada de la rosa fresita o inocente aquí, esto es una rosa intensa, oscura, curtida por el humo del tabaco y vestida con terciopelo morado.
La salida tiene ese golpe dulce de ciruela y rosa búlgara, una mezcla opulenta, densa, con esa sensación de frutas confitadas que huele casi como un postre árabe servido en una casona antigua de barrio Yungay. Y ahí entra el tabaco, que no es rudo ni sucio como en perfumes más masculinos, sino más bien un humo elegante, como el de una pipa cara o una hoja de tabaco curada al sol de La Habana.
Lo interesante de Tabac Rose es cómo evoluciona: al principio parece súper dulce, pero con el tiempo se vuelve más seco, más ambarado, más íntimo. Como si estuvieras escuchando un bolero en un rincón oscuro del Café Torres, y cada nota va bajando la intensidad hasta dejar solo un susurro de cuero, especias y rosa.
Es perfecto para otoño e invierno. En pleno verano de Iquique… no, gracias. Pero cuando el clima baja, tipo noche en Coyhaique con bufanda gruesa, esto se convierte en una manta aromática exquisita. Tiene buena duración (unas 8-10 horas fácil), con una estela media al principio que después se queda más cerquita de la piel.
Si te gusta Tabac Rose, también podrías mirar algo como Portrait of a Lady de Frederic Malle (aunque ese es mucho más cargado en patchouli), o incluso Narciso Rodriguez Musc Noir Rose si quieres un perfil más suave pero con ese aire sensual-floral-oscuro.
Este perfume es para alguien que no le tiene miedo a lo dramático, pero que tampoco necesita gritar. Como esas personas que entran a un lugar en silencio y aun así todos se dan vuelta a mirar. Este es sin duda un perfume que te gustaría como firma personal.