Argos Fall Of Phaeton
Ah, Fall of Phaeton de Argos... Este perfume es como mirar una tormenta desde la seguridad de una cueva en la Cordillera de los Andes: poderoso, dramático y un poco trágico, pero sin dejar de ser fascinante. Su nombre ya nos cuenta una historia—la caída de Faetón, hijo del dios Sol, que quiso conducir el carro solar y terminó incendiando el cielo. Es una fragancia intensa, de esas que no piden permiso para entrar, y que dejan una estela ardiente allá por donde pasan.
La apertura es cálida y resinosa, con notas de incienso, ámbar y una madera oscura que casi parece haber sido carbonizada por el mismo rayo de Zeus. Hay un cuero que no es limpio ni moderno, sino más bien sucio, curtido, como una chaqueta olvidada en una caverna de piedra volcánica en Chaitén. También hay un toque de dulzor oscuro, como si el sol, antes de caer, hubiese tocado brevemente un campo de caña de azúcar en Valle del Cauca, dejándolo a punto de caramelizarse.
No es una fragancia para el día a día, ni para cualquiera. Esto es para quien quiere dejar huella, tal como lo haría un actor principal entrando al Teatro Colón de Buenos Aires con capa negra y mirada desafiante. Funciona perfecto en climas más frescos—imagínate una noche ventosa en Valparaíso, con el océano golpeando fuerte abajo del cerro. Ahí, este perfume cobra vida.