Esta fragancia se abre con una introducción inesperadamente profunda, donde el oud no espera a ser descubierto en el corazón, sino que se anuncia con confianza desde las primeras notas, desafiando las convenciones y cautivando los sentidos.
El jengibre, la toronja y la bergamota, aunque presentes, actúan como heraldos que preparan el escenario para la majestuosidad del oud. Su calidez especiada, su frescura chispeante, y su brillo cítrico, respectivamente, no solo sirven como preludio sino también como marco que realza y complementa la profundidad del oud. Esta elección audaz crea una apertura rica y multifacética, donde el oud domina con su carácter distintivo y envolvente desde el inicio.
Este enfoque permite que la madera de oud, con su riqueza compleja y su textura casi táctil, se establezca firmemente en el centro de la experiencia, llevando al usuario a un viaje olfativo único desde el primer momento. La integración temprana del oud en las notas de salida introduce una narrativa olfativa donde la madera preciosa se convierte en el hilo conductor, guiando a través de la transición hacia el corazón y la base con una presencia ininterrumpida y evocadora.
Al avanzar hacia el corazón, la presencia del oud se enriquece con matices terrosos y amaderados de vetiver y cedro, así como con la suavidad de la raíz de lirio, creando una sinergia que es a la vez potente y elegante. La base, con su Oud indio, almizcle y ámbar, profundiza aún más la impresión del oud, dejando una estela persistente que es sensual, misteriosa y profundamente conectada con la esencia de la tierra.
"Rasasi Oudh Al Boruzz Asrar Indonesia" se revela como una obra maestra olfativa donde el oud no es solo un componente, sino el protagonista desde el inicio, prometiendo una experiencia sensorial inolvidable para aquellos que se atreven a sumergirse en su profundidad desde el primer instante.